El que conoce y entiende su origen, comprende mejor su futuro. Mis raíces
Nací en México, DF y comparto mis raíces con el Estado de Veracruz, en particular en Orizaba y Xalapa. Por causas y asares, el amor hacia mi compañero me trajo a Colombia desde donde escribo este nuevo capítulo de mi historia. Pero no puedo hablar de mí sin hablar de dónde vengo y de mi historia personal.
Soy hija de Pedro Mario Lopez Cano Garay (conocido en el medio de los artistas plásticos como Mario Cano) y de mi madre Maria Isabel de Los Remedios Escartin Hernández (ahora que lo escribo me doy cuenta de que eso de los remedios para curar las cosas viene también de mi madre). Hablar de esa unión entre ellos, es como pensar que un asteroide colisionó a la tierra y que por razones físicas quedaron orbitando juntos como luna y tierra este inmenso espacio. Yo no sé quién colisionó a quien, pero mi madre tenia 23 cuando se conoció con mi papa que tenia 52. Sé que mi madre era (y es) muy hermosa, de pelo muy largo y oscuro. Trabajaba en una tienda de material para pintores y ahí fue que se conoció con el Sr. Cano, un ser petulante que además se las daba de brujo. Un día le leyó la mano a mi madre y le “auguró” casarse con un señor mucho mayor que ella y que tendría dos hijos. “AHH QUE CHISTOSO SEÑOR MARIO!!” –decía mi madre- pero al final la gracia se convirtió en gusto, el gusto en admiración y posteriormente en matrimonio.
Soy producto de unos deseos irrefrenables de mi madre a ser madre y de un padre convencido de querer serlo a pesar de su edad. Ella en su primer matrimonio perdió 5 bebes en diferentes etapas de gestación. Cuando se casó con mi papa tuvieron a una nenita (de nombre Isabela) que murió 2 horas después de nacer. Con semejante tristeza en el alma, decidieron mis padres adoptar, y mi madre en particular decidió colocarse una inyección anticonceptiva para evitar embarazos. Y de esas decisiones vengo Yo y posteriormente mi hermano Mario.
En mi historia personal y familiar hay muchas historias como estas. Hay unas tragicomedias que pasean por la Revolución Mexicana, por el México rural de los años 40’s, por el hipismo de los 60’s y las sociedades de disque “gente bien” de los 90’s. Estas historias son dignas de ser narradas por algún escritor famoso, pero como no tengo uno a la mano, entonces las iré posteando cuando mis hijos me den el tiempo.
Provengo de un padre creativo, medio volado el cual usaba el pincel como extensión de su Alma y provengo de una madre que tenía los pies bien puesticos en la tierra.. en el hoy y ahora…. (“hoy no hay para comer, hoy no hay para la matrícula de los hijos, hoy me voy con mis hermanos). Mi padre cargaba en su mochila un don: el del manejo de la energía para fines curativos (ahora llamado reiki, limpias, remedios). Pero además cargaba con un defecto bien pesado: La soberbia.
Mi madre cargaba en su maleta con muchos complejos: El complejo de “pueblerina pobre”, de divorciada, de no ser bonita (de verdad que no sé quien le metió esas ideas). Pero si algo le reconozco a mi madre es que a pesar de esos mil y un complejos y miedos, ella es una guerrera que los superaba todos con tal de sacar a su familia adelante. Y es que estar casada con un artista plástico dista mucho de ser una vida dichosa. Mi afán no es criticar a mis padres en este momento, es solo mostrar lo que fue y lo que es, ya que eso es lo que me construye hoy. Esto es más un prólogo que una historia completa, pero así comprenderán ustedes que mis matices no son causa del asar sino de una historia que se repite con las generaciones.